jueves, 15 de marzo de 2018

A vuelapluma

Ten paciencia, amiga mía, que está el campo preñado de promesas.
Y aunque esta lluvia tan justa y necesaria
tu corazón anegue de tristezas,
y el nubarrón por tu cabeza
galope igual que yegua desbocada sempiterna;
aunque el charco te embarre el ala
y te sientas a la angustia como anclada, desposeída de tu brillo, tu fineza,
como un rubí en el fondo de una ciénaga,
y todo se te enturbia, todo es gris:
tu voz, tu alma, tu fiereza...

Amiga mía: detrás de aquel allá,
justo detrás de aquel allí,
escucha,
estate atenta.
¿No sientes algo así
como un clamor de arroyos,
de ruiseñores sobre madreselvas,
de espigas y cigüeñas,
de jazmines y caléndulas,
de colibríes y azucenas?

Yo ya lo presiento.
Viene firme en su galope,
con vendaval relincho
y resplandor de espuela.

Es abril.
Y viene hacia ti.

martes, 13 de marzo de 2018

Décima o espinela

Como observado me siento
por mil ojos descarados,
mil cristalinos perlados
pendulando con el viento.
Hipnótico movimiento
que en mi retina contuve
por esta sangre de nube
en honor a lo añorado,
por lo efímero pasado,
por amor a lo que tuve.

Cuando te miro...

Cuando te miro, por ese espejo,
y veo que me estás mirando,
quiero pensar que tus ojos
son más sabios
que los ojos de ese espejo
que nos mira.

  Allá por las últimas alturas respirables le dijo el zángano último a la abejita reina: -Frótate una de tus últimas patitas por entre la úl...