El azul de la enfermera tiene cosa de mar
para mis rojos ojos cojos navegantes.
Yo no sé qué me dice ni me importa.
Yo estoy por islas de coral y tortugas centenarias. Tal vez de una palmera caiga
un coco y fecunde en la vecina isla. Tal vez descubra el fuego frotando dos maderas, o quizás cierta música en el trotar del ñu o en el de las gacelas.
El azul de la enfermera está plagado de horizontes que ella desconoce cuando me habla,
mientras yo sólo espero una botella con mensaje
llegando hasta mi playa.
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