martes, 21 de junio de 2022

 Aventar: lanzar mieses al aire, en una era, en día ventoso, separando así el grano de lo inservible, de lo que no produce harina en el molino.


Y así a veces nos ocurre que de todo lo escuchado apenas nos queda en el recuerdo un humilde puñado de palabras, que no harán un gran pan, pero que pan serán, aunque pequeño.


Y así yo me sustento con escuetas frases, lanzadas con cariño: "ya no hay edad para prisas", por ejemplo. Y doy órdenes al mulo que haga girar las grandes moles de granito, tamizo, amaso, agua, algo de sal, fermento, dedos húmedos, y enciendo el horno, y poso mi culo sobre el taburete antiguo de madera de olivo, y espero, medito.


Y como luego el pan preciso, mientras el mundo altera, tras la ventana, nubes, nieves, viste de nuevas mudas las ramas del árbol de la sabiduría.

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