Mándame foto al menos
de tu andar peregrino por la vida.
Que mira que me cuesta distinguir
la materia en lo etéreo,
la química en lo físico,
el recuerdo a mi modo y mi capricho
entre lo más cruel y fidedigno.
Que mira que me sabe a beso tuyo
aquello que camine hacia la aurora,
aunque quiebre la noche por la lluvia
y no exista motivo en las farolas.
La intención de un poema ruega y llora,
aventa soliloquios nauseabundos
de púrpura sotana,
homilías sin rumbo ni destino.
Dale son a mi orquesta
de estrellas silenciosas entre nubes,
convierte mis relámpagos nocturnos
en otra luz distinta,
en otra arena y calma y dulce playa.
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