Dónde está lo que aparta
entre mi ser y mi tierra;
si es mi amor esto de aquí, o simplemente el verdor
de esta yerba, de aquella sierra.
En el estar, en el manifestar:
bajo la piel y la piedra nos fluye una corriente invisible, idéntica.
De algarrobo y romero tengo mis pestañas llenas. Late mi corazón entre arrullos de tórtolas. Me despista algún jilguero,¿acaso ya está aquí la primavera?
Me alejo de la campana para sentirte a ti, sola, solamente. Para sentirme a mí, contigo, sin más voz que el balido de la oveja.
Para adormilarme en ti, sentidamente conmigo. Serenamente al sol, otro domingo cualquiera.
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