lunes, 9 de mayo de 2022

 En la risa del niño se manifiestan todas las lenguas del mundo al unísono.


Tiene el canto del tucán la risa de ese niño.

Es la lava del volcán desparramada y libre; es el dantzari y el abeslari a ritmo del txistu y la txalaparta euskaldunes.


Con el color y la rugosidad del clavel ríe un niño; el timbre de la estridulación del grillo tiene, pero dulce.


Un arco iris es la risa en plenitud desde la boca del niño, y toda la hegemonía de la transparencia del río.


No importa el sol para la risa del niño.


Una risa de niño es una nube blanca y gruesa en lo alto, y la musicalidad silenciosa dentro de la oscura gruta isleña.


Yo cuando escucho a un niño reír me mantengo a distancia, que mi existir no demuestre su existencia frente a ella.


Porque por ella el mundo se me da completo, natural, sin artificios.


Como la risa de un niño no hay cosa mayor de feliz. Tal vez amores ciertas veces con intencionalidad manifiesta de parecerse a la risa de un niño.

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