jueves, 26 de agosto de 2021

 Esta tímida luz apenas perceptible,

pequeña resonancia rutilante

abriéndose camino entre las grietas

de las altas murallas de un amor derruido.


Este eco apocado, silencioso,

vestigio arqueológico de un tiempo

mejor iluminado y más sonoro.


Este herido soldado 

surgiendo de repente entre las llamas

no dando por perdida la batalla.


Este lobo amansado, vestido de cordero,

(que aúlla ciertas noches, yo lo escucho,

con hambre de tu piel y de tus besos).


Esta huella en el aire (yo la huelo)

tiene olor a té verde y a jazmín.


Esto que, sencillamente,

ahora titulamos de amistad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  Allá por las últimas alturas respirables le dijo el zángano último a la abejita reina: -Frótate una de tus últimas patitas por entre la úl...