domingo, 25 de septiembre de 2022

EN EL TREN

 Decir te pienso,

decir te añoro,

decir te espero.


Aunque te esfumes como engaño

ante el niño inocente frente al mago del circo.


Te pienso

te añoro

y te espero


allí donde el poema

aún no tienen plumas.


Donde un sol soñoliento 

acaricia y te besa tus ojos vegetales. 


Te espero en ese instante en que la luz

dejó de ser canal del mal augurio. 

Te añoro donde el viento

lamenta su misión para el otoño.


Te pienso con el alma

tendida en el diván de un calendario

que a tu ser me regrese,


allí donde el verano amplía su existencia.


Una esperanza late.

Una esperanza viva que hoy vierto

en las cunetas, en barbechos, 

en rastrojos que tímidos

rocíos reblandecen cuando miro a través

del vaporoso vidrio.

  Allá por las últimas alturas respirables le dijo el zángano último a la abejita reina: -Frótate una de tus últimas patitas por entre la úl...