lunes, 23 de septiembre de 2019

COMO UN RELÁMPAGO

Lanzo mi mano al aire,
ágil como un relámpago,
como si fuese a atrapar en su vuelo
un insecto alado y rapidísimo.

Preso el instante en mi mano,
la cierro, la aprieto,
la dejo suspendida ante mis ojos por un tiempo (pesado como un puño
apretado de rabia, de furia. También de triunfo).

¿Triunfo?

La abro.
No hallo nada.

El instante ya es recuerdo,
el eco disminuido de un dolor,
la foto en blanco y negro de una luz,
un bit en el electrocardiograma
del corazón.

Sólo queda ese sueño luego
(torpe, cojo, tuerto),
de pretender eternizarlo
en las arenas movedizas
del papel.

Y tener la osadía
de llamarle poesía.

domingo, 22 de septiembre de 2019

ASTRO Y COMETA

Hace una noche
para que fuese eterna.

Todo es calma. Con nada
nada está en guerra.

Refresca el aire.
Se encarna la quimera.

Esparce septiembre
semen de primaveras.

En el fondo del alma,
tú sempiterna.

Luna cercana.
Suenan canciones viejas.

Serena Irene
al corazón del poeta.

Semillita en la noche.
Vuela, vuela, vuela.

Barquito a vapor,
barquito de vela.

En el fondo del alma,
tú sempiterna.

Yo seré tu puerto,
yo seré tu tierra.

Flor
y abeja.

Astro
y cometa.

Vienes,
llegas.

En el fondo del alma,
tú sempiterna.

WILLY (3/2013-20/9/2019)

I.- La noche

Es triste la lluvia sobre un perro,
pero es más triste aún
cuando llueve sobre su cadáver.

El cadáver de un perro
mojado por la lluvia
es algo muy triste.

Por sus ojos abiertos,
las gotas parecen
lágrimas que resbalan.

Llueve, en este momento
llueve tristemente
sobre el cadáver de un perro,
y sobre todas las tristezas del mundo. 

Chorros de lealtad,
se van hundiendo en la tierra.

II.- La mañana

No sé qué quieres decirme
con tu mirada, si acaso
contarme qué hay allí.

Intuyo que algo frío.
Intuyo que algo peor que lo de aquí.

Temo que la tierra te irrite los ojos,
pero no encuentro
el valor para cerrártelos.

Todo está preparado.

Me cuesta dar el paso
en esta mañana nublada y fría
de entregarte perpetuo a la oscuridad.

Pero tú vivirás ya
no sé entre qué silencios
de luz y sonido.

Serás bajo el moral
otra forma de vida
más larga.

De nobles moras
saciaré mi paladar
en primavera.

III.- La tarde

Tu ausencia es más grande que tú,
ocupa todo el patio,
ladradora silenciosa y otoñal.

Y me mira, me está mirando,
echada junto a mí.

Extiendo mi mano
acostumbrada,
y no hallo pelo.

«Ausencia, ausencia,
ausencia en todo veo»

miércoles, 11 de septiembre de 2019

COMO RÍO SECO

Tú, mar de la alegría,
dime por qué te adentras
en este río de tristeza.

¿Quizás como el castor con su presa
amorosamente frenas, prolongas
mi existencia?

Jamás atravesé Praga,
Budapest ni Salamanca;
en mí nunca se miró Triana;
no surcaron mis aguas
canoas yanomamis
ni falúas comerciantes
llevé a lomos entre arenas y pirámides;
en mis orillas no se fundó
Roma alguna
ni que dividirme tuve
por respetar Notre Dame.

Bien es cierto que
por este río que tú imaginas río
una vez pasó un río, endeble,
pero de los de verdad, fresco y alegre,
andaluz, serrano, muy sencillo,

que hoy sólo muestra fósiles,
sequedad, «pitas agrias»,
y muy húmeda añoranza.

Añoranza que tú empapas dulcemente
de delicadas palabras,
palabras como olas,
olas que son palabras.

martes, 10 de septiembre de 2019

¿Y si me arrancase los ojos y en sus cuencas (acostumbradas a no ver, a no acertar, a ir a tientas casi como un ciego) colocase los de un rico, los de un poderoso, los de un rey, los de un obispo, los de un político?

Oh pobres cuencas mías portadoras de unos ojos que no son míos. Compadecería vuestra misión de ilegítimas transmisoras de una maldad que no nos compete, de una falsedad programada en los más pérfidos laboratorios de la ignominia, de quienes se acostumbran a masticar, tragar y digerir sapos crudos en el desayuno, por Dios, por la patria, por la bandera, por el escudo (palabras todas sinónimas, pero anónimas, política y religiosamente correctas de euro).
Obligaríais quizás bailar a los pies en fiestas de postín y caramelizada langosta, a hacerle entender de vinos al paladar peleón, a desentumecer los músculos atrofiados con vistosos y coloridos paisajes con envidiables viajes patagónicos o indonesios, lugares muy iluminados y azules por lo común en todos los escaparates de agencias de viaje, cuando duermen el koshkil y el monzón.

Tanta luz me cegaría. Tanto acertar me haría sentir equivocado. Tanta altura daría vértigo a mis ojos de ciego caminante a ras de tierra abonada con estiércol de puro animal, es decir con pura mierda, pero limpia.

Mejor seguir errando, igual que cada día, medio ciego, medio pobre, medio tonto, medio a oscuras,

pero con mis ojos, los míos, mi bastón y mi perro lazarillo.

Quiero dar un paseo esta noche (de noche es cuando más veo), a ver si veo un suspiro. No me cuesta. Suelo verlos a menudo. Así. Medio tonto. Medio a ciegas. Medio a oscuras. Virando a pobre. Hacia una muerte digna.

domingo, 8 de septiembre de 2019

A ESTA HORA

Precisamente, ahora, podría pasarme esta noche entera
escribiéndote poemas imprecisos.
Fingir que soy feliz, que hay un eclipse, que tarde comprendí que no fui el más bobo de mi clase.
Ahora, en este ya, confirmo ser amigo de la Luna, si tú me estás pensando. Con qué facilidad vuelo entre estrellas. Apenas veo mi silla.
Y todo confín depende de cuando tú le quieras poner fin, así de fácil.
Tal vez me miras a años luz, y así de cerca.
Tan Neptúnicos como telúricos. Así somos a esta hora.

viernes, 6 de septiembre de 2019

Es triste el campo cuando atardece.
Sus caminos se oscurecen
y parecen indicar
la senda hacia la muerte.
Callan los pájaros, chillan murciélagos.
El olivar, solitario, languidece.

Ante tal espectáculo,
como si un mal augurio fuese,
la sangre se estremece.

Así que ven, amor, con tu luz de aurora
y tu calor de tahona.
Enciende rápido esta noche
matrona del miedo
y haz pan tierno con mi alma.
Venceremos lágrimas, desdichas.
A la mañana se llega por donde tú mires,
hacia donde tú ilumines.

Ahítos de pan caliente y dulce calma
tórtolas seremos,
beso entre plumas y vuelos,
color y mediodía.

  Allá por las últimas alturas respirables le dijo el zángano último a la abejita reina: -Frótate una de tus últimas patitas por entre la úl...