viernes, 24 de diciembre de 2021

 Te me vas.

Te me estás yendo

rebosante de luz a tus espaldas,

cargada de tardes claras,

como un verano lento.


Llueve.

Sobre las sementeras del campo 

va cayendo un agua inútil. Y en el reloj

sus agujas semejan

dientes de sable.

 El azul de la enfermera tiene cosa de mar

para mis rojos ojos cojos navegantes.


Yo no sé qué me dice ni me importa.


Yo estoy por islas de coral y tortugas centenarias. Tal vez de una palmera caiga

un coco y fecunde en la vecina isla. Tal vez descubra el fuego frotando dos maderas, o quizás cierta música en el trotar del ñu o en el de las gacelas.


El azul de la enfermera está plagado de horizontes que ella desconoce cuando me habla,

mientras yo sólo espero una botella con mensaje

llegando hasta mi playa.

miércoles, 22 de diciembre de 2021

 Tengámonos cuidado: la razón nos acecha.


Tú que conmigo somos tan amplio y virgen campo,

huyámonos al reino del sueño entre amapolas.


Y volemos.


Por encima de axiomas. Más allá de la cifra.


No hay cálculo en tus manos. Que toda mi verdad se potencia en tus besos.

 Lata con agujeros llena de agua, sujeta en el extremo de una caña. Frazada, marmita, tentempié. 

A todo eso me sabe tu deseo.

Yo me pudro. Tú me riegas. Arropas. Nutres.

Me sostienes.

  Allá por las últimas alturas respirables le dijo el zángano último a la abejita reina: -Frótate una de tus últimas patitas por entre la úl...