Te me vas.
Te me estás yendo
rebosante de luz a tus espaldas,
cargada de tardes claras,
como un verano lento.
Llueve.
Sobre las sementeras del campo
va cayendo un agua inútil. Y en el reloj
sus agujas semejan
dientes de sable.
Si el poeta se duerme en su palabra, el pueblo al que le canta se empobrece. Si el pueblo se empobrece y adormila, el poeta se agranda, des...
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