Te me vas.
Te me estás yendo
rebosante de luz a tus espaldas,
cargada de tardes claras,
como un verano lento.
Llueve.
Sobre las sementeras del campo
va cayendo un agua inútil. Y en el reloj
sus agujas semejan
dientes de sable.
Yo sé que estás ahí, como el murciélago en su cueva, como el molusco está en su concha. Y sé que aún me acechas, esperando paciente mi des...
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