martes, 18 de enero de 2022

 Soñé despierto.

Salías de tu casa

con aquel abrigo blanco.

Yo pasaba.


Tal vez por ello ahora

mi boca sabe a caramelo,

y mi mirada, transeúnte en el tiempo 

y el espacio,

divaga en cabalgatas de jazmín

y otras flores de nata.


Tú que sabes del misterio de abril

deshielas mis arterias.


Abres mi corazón en pétalo y fragancia

con sólo imaginarte.

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