sábado, 1 de junio de 2024

 Claro que aprovecho el tiempo. Y más ahora, que no sé qué brisa antigua vuelve a ablandar mi cuerpo de madera fosilizada; ahora que un tanto Dafne y un tanto hormiga fructifico y recolecto para el siguiente solsticio. Ahora que mis inviernos desaparecen del mapa.

Ahora que buceo en mis archivos como una lagartija en busca de alimento; ahora que incremento mis archivos quizás por esa brisa que en la noche refresca mis insomnios.

Porque vuelvo a no dormir, a estar despierto como buen centinela de los sueños: cazarlos vivos cuando intentan huir, retenerlos aquí, por un momento, mientras mis dedos confeccionan con letras todo detalle suyo. 

Que sepas que en la noche como flor insurrecta te acercas con tu aroma a mi ventana; que trasciendes la reja; que me alcanzas. 

Vuelve junio con su velamen claro, como barco nocturno, a cruzar por bahías y ensenadas ya sabidas, playas de una líquida memoria donde su ancla quiso una vez darle fondo y para siempre. 

Vuelve junio como un cometa de su anual periplo por lugares de sombra donde todo sentido es vano; vuelve junio a despertar mi letargo con un rumor de espiga presta ya para la hogaza, de música secreta en la acequia metálica, de amplias lunas que cantan sobre bosques de almendros y junglas de lavanda y de retama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 Me dicen mis cercanos  que gasto mucho frío últimamente.  Será porque es invierno o que ya pocas cosas me calientan.  Será que estoy llegan...