viernes, 23 de mayo de 2025

Ya pardean las hierbas de mi patio. Sólo ya de verdes vivos: mi puñado de árboles, con mi naranjo irreductible, con mi higuera dulce, con mi hirsuto azofaifo, la buganvilla, y mis rosales, y mi hierbabuena. Toda mi pequeña huerta.


Sobre las cañas, donde los pimientos y las berenjenas, se ha posado un jilguero, fugaz, como grano de nieve en la mano de un niño.

Cuánto rojo y amarillo ardientes, de pronto, en la mañana gris.


Pero mayo, como el jilguero, es ya un suspiro. Los fríos se encomiendan a sus dioses, y ofrecen sus postreros coletazos.


La vida: un tiovivo. Incesantes, los ciclos de la tierra van y vienen, giran y giran. Misterioso carrusel con nuestras vueltas contadas.

martes, 13 de mayo de 2025

 Con mi mano, limpio a diario las cáscaras de cal que van depositándose en mis repisas.

Blanca y menuda materia del tiempo y su dinámica.

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La exquisitez tiene matices, gamas de acepciones, de aceptaciones. 

Vino en rama al trasluz, con sus bien visibles partículas flotando: me encandilan, igual que pecesillos en acuática y nutriente cárcel de cristal. Peces que incrementan el sabor, que lo potencian. Y son culmen, para mí, de lo exquisito.

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Yo regaré mis sangres nuevamente, de lo que fue mi padre ensangrentado, y en recia copa recio vino en rama, voy a brindar por él y sus cojones. Yo aplaudiré en el viento su coraje, su duro padecer sin premio alguno. Tatuará la muerte en mi esqueleto la imagen de una flor que no dio aroma, porque no tuvo aire donde abrirse.

  Yo sé que estás ahí, como el murciélago en su cueva, como el molusco está en su concha. Y sé que aún me acechas, esperando paciente mi des...