lunes, 15 de julio de 2024

 Tus besos: qué dulces esta noche desde tu recinto gris.

Apenas eran besos, por tratar de escondernos. Silentes sinfonías cegándome en su luz. Qué blandura, qué blandos los vallados de repente: de seda de improviso sus cordeles hirsutos.

Qué apertura de campos, qué ímpetu en el pulmón al son del aire claro y dilatado.

Qué dulzura profunda en tus labios quedos. De una sima innombrable surgió la punta sin mácula de un sueño oculto. A ella me sujeto en este amanecer de variado cromatismo con bien atados crampones de lirios vivos, por no volverme nube.

Y qué blanda tú, desnuda de leyes, casi de vapor y olor a vísperas de lluvia.

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