Tú te me das en el casi,
que yo completo.
Tú te me das en el beso,
el abrazo, la risa,
y yo los prolongo en nubes
sobre altas torres
de vértigos y espasmos.
Tinta mi tinta amaneceres
con tu boca, la que vi
y besé, real
como garza
sobre orilla de río
en alba brillante.
Bosqueja mi mano
confines de galaxias,
áridos promontorios
en lejanos desiertos,
erizos del altiplano;
fértiles valles entre
escarpadas
montañas donde gravita
el corzo
y el cerezo; monasterio
y espadaña eres
y viejo nido de cigüeña
abandonado;
arroyuelo
irisado; sabor a pan
y temblor de maizal
al suave viento
que agosta mi caricia.
Tú te me das en
palabras,
en dulces luces,
en gestos,
o redimes con el tuyo
mis silencios.
Tú te me das,
y eres límite borroso
sobre cambiante duna.
Dislocas mapas, brújulas,
calendarios,
y eres olor de Ceilán
si canela tu piel recuerdo,
claroscuros de Caravaggio,
rehiletes
de colores abrumando
al arcoiris
si pandean tus pestañas.
domingo, 22 de julio de 2018
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