martes, 28 de mayo de 2024
lunes, 27 de mayo de 2024
VISIONES
Eres como un agujero en una superficie horizontal de piedra pulida, que da a una cueva horadada por el mar. Las hay así en el sur de Portugal.
Eres como ese agujero que busco en mi caminar, o que espera mi llegada.
La cueva tiene una playa solitaria a la que sólo se accede por el agujero, o por el mar. Pero yo soy caminante, no marino.
Arriba, sobre la superficie de piedra, reina el azul; abajo, en la cueva, el naranja.
Es la misma luz arriba que la de abajo (porque la boca de la cueva horadada por el mar es enorme); y a la vez distintas. La de abajo ofrece intimidad, comprensión, libertad, descanso, naturalidad; la de arriba sólo teatro, sólo batalla, y un miedo perpetuo.
Eres esa luz de abajo; tienes un alma de color naranja; tu abrazo es una playa íntima y secreta: lo recuerdo como pisar la arena suave, como la hay en el sur de Portugal.
El agujero es tu palabra, tu llamada.
sábado, 18 de mayo de 2024
CUANDO MENOS LO ESPERAS
Cuando menos lo esperas, tras más de dos mil lunas,
descubres el candado de tu celda
mágicamente abierto.
No sé qué extraño síndrome
te impide salir fuera.
Era cuestión de tiempo.
El guardián ya no está, sólo su silla vieja,
y un manojo en el suelo de llaves herrumbrosas.
Y te arrancas y sales con eléctrico miedo
al oír el chirrido de la reja.
Das dos pasos afuera, pasos torpes.
Algún tipo de imán parece limitarte
la carrera que tantas veces dentro,
-más aún si era en brava juventud
soñaste al presentir la primavera.
No se escuchan alarmas.
Unas gotas de calma, sobre tu corazón acelerado, te apaciguan el vértigo.
Y cruzas kilométricos pasillos.
Nadie hay, solos tú con tu miedo entre una sombra gélida.
Ves una puerta al fondo; un enigma entreabierto; y una luz cegadora colando por la mínima abertura.
Avanzas, andas, trotas, corres hacia ella.
Un sonido de pronto te detiene, oyes atentamente:
es el viento en el mar,
es el mar y es el viento golpeando en las rocas de un crudo acantilado.
-Tu pobre libertad tan esperada.
Mas ya no hay vuelta atrás; te has convertido en pluma, en verso, en aire; quizás ya eres gaviota, tal vez una semilla voladora, o el brillo de la perla dura y pura retando al propio Helios.
¿Dónde comienza el mar, dónde termina?
Preguntas al saltar sobre las olas.
Ayer fuiste pirómana, hoy bombera.
Si pudiera elegir te haría barrendera.
Entreabro las ventanas porque vuelve el calor.
Cualquier mínima brisa
avienta las cenizas de mi estancia.
No es cómodo digamos a la hora del descanso
contemplar las vajillas,
los vidrios del balcón, los muebles, las cortinas,
los platos en la mesa, las flores del jarrón,
la foto de mi abuela que nunca conocí.
Hasta mi perro blanco ahora es gris,
y las plumas de mi canario verde,
y mi felpudo azul celeste del portal.
Si pudiera pedir
diría que volvieras
a barrer con vigor tanta ceniza.
O mejor quédate.
Haz trizas la manguera
y tráete más yesca y pedernal.
sábado, 11 de mayo de 2024
domingo, 5 de mayo de 2024
Tu mano primavera traspasando fronteras, rompiendo el correctísimo equilibrio.
Tu mano: una cometa, una avioneta, una elástica cama.
Tu mano mariposa imperceptible entre la gente y sus costumbres.
Tu mano rosa cálida en la tarde.
Tu mano transportándome de pronto a lugares que nunca te diré.
Maga mano tu mano.
Era carne tu mano y era aire, y fue bálsamo y puerta, y era objeto con alas.
Quizás aún no conozcas las virtudes sin límite que habitan en tu mano.
Por un gesto sencillo de mi boca en tu mano universos se expanden a esta hora nocturna tras el firme cristal de mi ventana.
LUGARES SEÑALADOS POR LA HISTORIA
Donde ardieron judíos
y el yonqui amenazaba con su aguja.
Donde ardieron tus ojos aquel atardecer.
La noche, aunque tan próxima,
y ya copia de ti (boceto levemente
insinuado del monte de tu boca
y el mar en tus bahías bajo una luna híbrida),
se volvió de repente lejanísima.
La insoportable levedad del ser
sincero.
Y huyeron los deseos
a planetas y estrellas imposibles.
Pirómana verdad nos cortó el paso
incluso por las sendas de lo aéreo.
-Ni en humo fuimos libres-
Desde entonces
una aguja extraviada por aquellos jardines
indica el punto exacto
de mi último naufragio.
Ya no miro las rosas
por evitarme pleitos
contra el cruel olvido.
Ni señalo en el mapa
con el dedo nostálgico
los lugares comunes
donde el beso y la espina.
Ya no más caravanas
al país de la seda.
Confieso que he sufrido,
que fui caravanero,
que conté de una en una
las estrellas fugaces.
Hoy soy volcán extinto.
El té y el pan de pita
me alivian junto al fuego.
Me dicen mis cercanos que gasto mucho frío últimamente. Será porque es invierno o que ya pocas cosas me calientan. Será que estoy llegan...
-
Si el poeta se duerme en su palabra, el pueblo al que le canta se empobrece. Si el pueblo se empobrece y adormila, el poeta se agranda, des...
-
Ayer fuiste pirómana, hoy bombera. Si pudiera elegir te haría barrendera. Entreabro las ventanas porque vuelve el calor. Cualquier mínima b...
-
Poeta de cartera. Y no por lo económico, sino por el tamaño. En un bolsillo cabe, en una billetera -por haberlo doblado en tantas parte...