domingo, 5 de mayo de 2024

 Ya no miro las rosas
por evitarme pleitos
contra el cruel olvido. 

Ni señalo en el mapa
con el dedo nostálgico
los lugares comunes
donde el beso y la espina. 

Ya no más caravanas
al país de la seda. 

Confieso que he sufrido,
que fui caravanero, 
que conté de una en una
las estrellas fugaces. 

Hoy soy volcán extinto.
El té y el pan de pita 
me alivian junto al fuego.

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