sábado, 28 de marzo de 2020

Ayer me paró, que también podría decir me detuvo, por quedar algo más fino, pero aun siendo en este caso verbos sinónimos, el segundo puede llevar a quien me lea a una mala interpretación. Hay que ser consecuente con lo que se dice, creo yo. Bueno, que me paró la Guardia Civil, en una especie de emboscada, aunque esto también debería de explicarlo un poco porque las personas cortitas de espíritu como es mi caso vemos emboscadas por todos lados y a cada rato. Yo salía de mi casa, por la tarde, después de dar mi cabezadita reglamentaria, que si ese bicho tiene cojones a ver si es capaz de dejarme sin mi siesta, que lo mato, porque sin ella no soy persona, aunque tras ella siga igual de cortito de espíritu. Entonces, camino del retorno al trabajo, me acordé que el día anterior había visto que una papelería de la avenida despachaba sus productos a través de la reja. No tengo goma de borrar. Como yo dibujo los planos de mis muebles y mis puertas sobre tablero al estilo de los grandes creadores artísticos renacentistas, eso conlleva un enorme gasto en goma de borrar si me equivoco dibujando (que suelo hacerlo de sobra), cuestión de temperamentos enfrentados, porque la aspereza del tablero fulmina la suavidad de la goma, que esto bien podría extrapolarse a las relaciones humanas. Entonces decidí acercarme a dicha papelería, pero como ya iba asustado, y vi que no había clientes en la acera, y que a lo mejor todavía seguía medio amorrado, y que soy tímido, sé que leí un gran cartel que decía toque el timbre, pero que yo qué sé, será que la avenida desierta impone, decidí dejar lo de la goma de borrar para mañana, o sea hoy, e irme para el taller. Pero para coger ese camino yo tenía que continuar en dirección contraria a él para llegar a la rotonda más próxima que me permitiera invertir mi camino para llegar a mi destino. Entonces fue cuando caí en la emboscada, en la rotondaemboscada. Cuatro o cinco patrullas de la guardia parando (o detuviendo) a todo quisqui. De momento caí, cosa que no me sorprendió. Mantén la calma, me intradigo, mientras tardo en atinar con el botón del elevalunas. Buenas tardes, porque otra cosa no sé, pero educados son. ¿Dónde va? A trabajar. En qué. En mi taller. De qué. De carpintería. ¿Y cree usted que ese trabajo es... no recuerdo la palabra exacta que me dijo, pero venía a decir algo así como si aquello era... inapelable? No sé si esa palabra se la enseñan en la academia, o a lo mejor la aprendió por cuenta propia, como yo por la mía aprendo otras, como xilófono o exangüe. El caso es que aquel diálogo fluía, al menos desde mi lado, por lo que como respuesta le di una leve elevación de hombros con lo que claramente quería decir si no trabajo no como. Pero hemos de ser civilizados y admitir que esa conversación no podía acabar allí, sino que el guardia fiel a su trabajo también tenía que completar su interrogatorio. ¿Qué taller? El mío ¿Trabaja solo? Sí ¿Tiene usted en su vehículo algún documento que lo acredite? Nueva elevación de hombros. Déjeme su DNI, y yo dios mío, que no le dé a la perra por ladrar, bueno, si ladra es porque a lo mejor la perra en su idioma y como sé que me quiere tanto está gritando a su modo Viva España, y como el guardia y yo hasta el momento nos estábamos entendiendo tan bien puede que mi perrilla también pudiera entrar en aquel entendimiento porque está vacunada y siempre la llevo en una jaulita sobre todo porque si va libre me lo pone todo perdido de pelos y porque pueden multarme también. Puede continuar, me dice el guardia, devolviéndome el carnet. Continué, pero yo ya no sabía para dónde. Ya ves, cogí a la derecha, no sé si por el ambiente, pero sé que aquél no era mi camino, aunque sí lo fue para salir de todo aquello, como trocha entre ladera empedrada, como cabrero que tiene que afianzarse en su trayecto, sin más ideologías que las del miedo y el amor, la vida y el pan.

P. D. Creo que exangüe debe llevar tilde en la a, porque la diéresis corta el diptongo entre la u y la e. Tampoco entiendo mucho de estas cosas, y no debo equivocarme mucho, porque sigo sin goma de borrar.

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