El lunes va sin zapatos.
sin balas ni cartuchera.
El sol le escuece en los ojos
fuera de la madriguera.
Camina por las cunetas
de las siete carreteras.
El miedo es como un caballo
galopando en la pradera.
Los lunes no tienen techo
ni paredes. Todo es fuera.
En la guerra de los días
de otra semana cualquiera,
el lunes marcha descalzo,
con el alma en la trinchera.
P.D. Y el aire es gratuito. Y yo no quiero más que respirar.
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