Si comprenderme quieres
no hagas caso a las lógicas del mundo.
Ese mundo tan tuyo como mío
que adoctrinarnos quiere
con sentencias, palabras, tan necias como estúpidas.
Si comprenderme quieres
te invito a hacer periplo junto a mí sobre mi barca
por las costas en niebla del misterio,
por donde yo viajo habitualmente.
Allí comprobarás
que no hay palabra ni sentencia clara,
que todo es nebulosa, tierra ignota.
Mas entre tú y el mundo,
mas entre el mundo y yo,
mas en nosotros juntos otro mundo
más claro y más preciso resurgió.
Lo afirma mi recuerdo si la tarde se nubla,
si hace frío en mis labios,
si mis ojos se cierran
y aún no estoy dormido.
Y entonces, sólo entonces,
la niebla se disipa. Sólo entonces
sinónimo es mi nombre
de playa nunca hollada,
de jardín florecido en malvaviscos.
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