sábado, 25 de octubre de 2025

 MORRIÑA EN VIERNES DE UN ANDALUZ EXTRAÑO 

Dios andubo bebido 
cuando me lanzó a este sur.

Sentado, ante mi ventana,
leo poemas galegos.

Estoy pisando su hierba.
Estoy oliendo su aire,
pero no cierro ventanas:
quiero también este frío 
que me viene muy lejano.

Yo degusté las ofrendas
de la mujer en Santiago.

Mi paladar lo recuerda,
como mis ojos, como mis manos.

Era de piedra musgosa 
la rúa tan solitaria.
(Qué parecida a mi alma;
mi alma también retrato 
de la mirada 
de la mujer de Santiago).

No, no cerraré la ventana.

Anuncian lluvia cercana 
las lavanderas 
con su llegada.

Será el agua más que agua,
será como mi alma,
será como la mirada
de la mujer de Santiago.

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