Es tan callado este silencio
que invita a conocerme,
y me miro hacia adentro.
Entre antorchas apagadas
estás ahí, sobreviviéndote,
bruma cálida que luz
transfieres a mi densa negrura,
música en el frío estanque.
Porque tú me amas también
cuando te alejas,
defendida en tu amor,
por defenderme;
viviéndote,
para vivirme; muda,
diciéndome.
Y vencemos.
He almorzado batallas,
pero es dulce la cena.
Victorioso guerrero
que soledad tumbó sobre la arena,
contigo en mí.
martes, 8 de enero de 2019
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