Es tan callado este silencio
que invita a conocerme,
y me miro hacia adentro.
Entre antorchas apagadas
estás ahí, sobreviviéndote,
bruma cálida que luz
transfieres a mi densa negrura,
música en el frío estanque.
Porque tú me amas también
cuando te alejas,
defendida en tu amor,
por defenderme;
viviéndote,
para vivirme; muda,
diciéndome.
Y vencemos.
He almorzado batallas,
pero es dulce la cena.
Victorioso guerrero
que soledad tumbó sobre la arena,
contigo en mí.
martes, 8 de enero de 2019
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
SIETE PRÁCTICOS CONSEJOS HORTÍCOLAS Consejo número 1: Tierra volcánica, la más fértil. Pero si su bancal no está cerca de un volcán, no se ...
-
Un cénit de verano sobre la vertical señal de tráfico. Entre la escueta sombra, o férvida sartén, y en la cuneta, resuella un pajarillo.
-
Cuando la vida se inclinaba lentamente hacia el sueño; cuando las plantas y animales comenzaban a vivir su diario intervalo de leve in...
-
Habito entre las ruinas de lo que nunca fui. Respiro los retales de un aire imaginado. Pero incesante, en mi centro, este batir de alas: la...
No hay comentarios:
Publicar un comentario