Alta era la sierra.
Larga era su sombra.
Abrazadora lengua lenta.
Alto estaba el pájaro.
Fuerte viento, fuerte.
Alto y quieto, el pájaro.
Entre la tierra y el cielo,
un corazón que se abre.
Alta era la sierra.
Alto estaba el pájaro.
Y ya no sé qué era más grande,
si la sierra y su sombra,
si el pájaro o el viento,
si mi alma en aquel valle
expandida
ante tanta grandeza.
martes, 8 de octubre de 2019
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