Duerme la madera fría
sobre el suelo del taller.
Espera, Dios sabrá qué.
¿Encimera de cocina?
¿Ropero para mis ropas de ayer?
Recubriéndola de espinas,
la muerte extiende un mantel.
Rosalía, rosalán, rosalés.
De fresno y de pino es.
No de ciprés.
Carpintor de la melancolía,
volví mi escoplo pincel.
Vive y perdura, resina.
No te tallaré.
Marzos, ramas, hojas, ríos,
brisa y nidos
sobre ti pintaré.
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