Facultades de océano, de noche abierta y clara,
de horizonte en campiña, poseen las palabras.
La palabra en el aire es un vuelo infinito
de inabarcable efecto.
Como lluvia lejana me derramó la tarde
un lenguaje de nanas, caricias y amapolas.
A cuna madre y mayo noche sabe.
Me expando entre azoteas,
geranios y trompetas, helechos y aspidistras
de luminoso sol materno erguidos.
Más aún que a la tierra que heredamos,
superiores al tiempo y al olvido,
así son, vehículo de historia, las palabras.
lunes, 27 de enero de 2020
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