jueves, 26 de agosto de 2021

 Dicen que una hormiga se extravió 

en la frondosa espesura

de la rama de un árbol.

Allí enloquecía de soledad y desamparo.

El tronco se convirtió para ella

en un lugar soñado,

pues por más que lo perseguía y buscaba

la selva de hojas le impedía alcanzarlo.

Una tarde de tormento

cerró sus ojos doloridos por el llanto,

y se dispuso a pensar con el corazón,

pues su cerebro estaba agotado.

Y pensó y pensó solamente amando.

Y le ocurrió algo así como sagrado.

Allí dentro de sus ojos halló una luz,

luz que iluminaba un mapa,

mapa que era el dibujo de aquel árbol.

Memorizó la hormiga aquellos trazos.

Y caminó con los ojos cerrados.

Y al abrirlos hallose en tierra firme,

liberada de aquel maldito árbol,

junto a los suyos, junto a los seres

que en su corazón vio que habitaban.

Así fue la verdad de esta historia,

aunque parezca tan mágica.

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