Existo tras tu espalda
como un ser invisible,
como un viento apacible
que acaricia tu nuca.
Distraída pareces
en recuerdos antiguos.
Son canciones lejanas
que soplo en tus oídos.
Si acaso te giraras,
mi alma encontrarías
libando en tus lunares
como una mariposa.
Pero tú no me ves.
En aires de jazmín
y en el agua más clara
aprendí a diluirme.
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