sábado, 27 de octubre de 2018

AL VERTE

El verte aunque sea un segundo me llena. Estoy aquí meditando sobre ello. En el mirarnos hay un entendimiento entre nosotros que no se entiende, se siente. No es lenguaje de palabras, es otra cosa. Uno deja de sentirse humano, individuo que actúa basado en el raciocinio, para convertirse en planta o animal. Uno no cae en ese instante en lo absurdo de andar buscándole la lógica, se siente un calor, una verdad, pero con alas y escurridiza que no se deja someter ni encarcelar para escribirla sobre un papel, es libre porque viene de lo libre, no precisa de la palabra. Ahora sí puedo hablar sobre ella, pero eso no es crearla, la medito, la investigo, la escribo, pero no dejo de ser con eso un mero periodista o un investigador. Ella, esa verdad o luz o calor es por sí misma, nacida de no se sabe qué, invisible, pero existente. A esa verdad no le importa lo más mínimo que se la entienda o no ni de dónde viene ni a qué. Es. Esa verdad es. Yo sé de ella hoy por ti, se siente uno feliz en tus ojos, lleno, sin dudas, despegado de cualquier problema, seguro. No hay más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 Si el poeta se duerme en su palabra, el pueblo al que le canta se empobrece. Si el pueblo se empobrece y adormila, el poeta se agranda, des...