Como en los labios,
con palabras transparentes, dulces, frescas,
se manifiesta un alma enamorada;
como en los pétalos,
con su fragante arrullo,
confiesa el jazmín
sus más profundos secretos;
como el lucero del alba,
infalible vigía,
nos anuncia otro nuevo amanecer,
así tú, fuente de tiempo y agua,
junto al frescor musical de tus caños,
junto al terso verdín de tu piedra,
me hablas de amor con palabras claras;
me devuelves, en secreto,
con tu alegre chapoteo
y ondas como sonrisas,
a aquel olor
de mi perdida infancia.
Observo mi reflejo en tu luna embalsada.
Sobre la cristalina quietud,
es la vida lo que pasa.
martes, 6 de agosto de 2019
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