Nada más que por la enorme cantidad
de cosas que no sé y quisiera saber,
me gustaría vivir al menos
cincuenta veces cinco
esta vida.
Otras tantas por sitios que admirar.
Las mismas para conocerme un poco más.
A veces detesto el tiempo y su velocidad.
A veces pienso en la muerte y siento miedo.
Ayer me llené de sol. Un día seré sombra.
A veces pienso que soy una pajita en un río.
Mi vida es una línea entrecortada.
Mi tiempo una frecuencia de instantes,
un texto en morse.
Luces y sombras,
pigmentos sobre el blanco.
Tal vez por ello mi memoria
no es más que su reflejo.
A veces sólo pienso en besos y en abrazos.
A veces también pienso en los silencios
de unos ojos que se miran
y unas bocas que no hablan.
A veces pienso en corazones
que se besan y abrazan y se observan diciéndoselo todo sin decirse nada.
A veces también pienso que ya no necesito
vivir cincuenta veces cinco esta vida.
A veces pienso que he tenido mucha suerte,
a pesar de la muerte.
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