A veces naces de mí como una flor,
voluntaria y espontánea.
No hay nada que hacer.
Sola y natural te abres sobre mi piel y yo siento tu perfume y eres prácticamente tangible.
Extasiado ante el misterio,
huelga todo intento de comprensión.
Tu aroma y tu color son un océano
donde me baño y gozo. Donde olvido
el dolor acunado entre tus pétalos.
viernes, 3 de julio de 2020
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