Dame tus pedazos inservibles.
Ésos que nadie te reclama.
Con ellos empedraré
senderos sobre la nieve.
El cactus sobrevive con lo mínimo.
Yo te devolveré tapices de escenas mitológicas,
canastitos de mimbre llenos de conchas del Mar de Java,
morrales de piel labrada con especias de Ceilán.
Un catalejo que te acerque las estrellas.
Una barca, un columpio, un moisés
que te acune y te meza en la alborada.
sábado, 4 de julio de 2020
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Normalmente suelo tener más ganas de escribir que de leer. Lo sé porque me observo: al leer siento impulso hacia la escritura, pero casi n...
-
Un cénit de verano sobre la vertical señal de tráfico. Entre la escueta sombra, o férvida sartén, y en la cuneta, resuella un pajarillo.
-
Cuando la vida se inclinaba lentamente hacia el sueño; cuando las plantas y animales comenzaban a vivir su diario intervalo de leve in...
-
Habito entre las ruinas de lo que nunca fui. Respiro los retales de un aire imaginado. Pero incesante, en mi centro, este batir de alas: la...
No hay comentarios:
Publicar un comentario