Cuando llueve
lo primero que cerramos son los ojos.
Así he de mirarte:
con los ojos cerrados,
detrás de la lluvia,
estás en un lugar
donde alzan su vuelo el sol y la paloma.
Así suelo escribirte:
con los ojos cerrados,
como gotas minúsculas,
como caen de las encinas
las gotas últimas
tras la lluvia,
así caen para ti
mis letras en la tierra,
soñando con espigas.
lunes, 24 de agosto de 2020
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