Cuando llueve
lo primero que cerramos son los ojos.
Así he de mirarte:
con los ojos cerrados,
detrás de la lluvia,
estás en un lugar
donde alzan su vuelo el sol y la paloma.
Así suelo escribirte:
con los ojos cerrados,
como gotas minúsculas,
como caen de las encinas
las gotas últimas
tras la lluvia,
así caen para ti
mis letras en la tierra,
soñando con espigas.
lunes, 24 de agosto de 2020
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Si el poeta se duerme en su palabra, el pueblo al que le canta se empobrece. Si el pueblo se empobrece y adormila, el poeta se agranda, des...
-
Recuerdo con dulzura el aroma a colonia de hombres y mujeres que rodearon mi infancia. Hombres, eran hombres. Mujeres, íntegras mujeres. El...
-
Piezas para construir un poema: • Hemos cerrado nuestro taller de reparación de alas rotas de mariposa. • Pero muchos clientes siguen llama...
-
Allá por las últimas alturas respirables le dijo el zángano último a la abejita reina: -Frótate una de tus últimas patitas por entre la úl...
No hay comentarios:
Publicar un comentario