Ni azucenas ni azahar.
Para mí, jazminitos del Pilar.
Serenitos, sin hablar.
Esencia de la corriente
del manantial de la fuente
viendo la vida pasar.
Blandos, puros, como nieve,
copos de azúcar y cal.
Blancuras de mi niñez.
Aromas de aquella paz.
Para mí, ni azucenas ni azahar.
¡Jazminitos del Pilar!
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