sábado, 29 de agosto de 2020

EN TAL MOMENTO

Cuando alcance mi muerte tus oídos
no creas lo que cuente esa pérfida embustera.

Mas si acaso una duda planee en tal momento
por tu mente de azúcar y ajolí,
y la cubra de sombra,
y la tape con yeso,
y la siembre de llanto,
y te des media vuelta hacia la reja
de hierro negro y frío,
bajo un cielo plomizo y es tan alto el ciprés...

No hagas caso.

Sube al Tajo Montero sin pena ni más flor
que esos diez jazminitos prendidos de tus manos,
la rosa de tu boca y el nardo de tu pecho,
ferias de mis barbechos.
Y entre jaras y almendros búscame, que allí estaré.
Componiéndote versos, como al campo el rocío.
Amándote de lejos, como la nube al río.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 Si el poeta se duerme en su palabra, el pueblo al que le canta se empobrece. Si el pueblo se empobrece y adormila, el poeta se agranda, des...