La oruga del limpiabó
se esconde en la concha
de un caracol.
Sol, sol, sol.
Como el sol brillan las botas
del gran señor.
Col, col, col.
Hierve la col en el nido
de un ruiseñor.
Y en el balcón del halcón
luengas lonchas finas cuelgan
de buen jamón.
Jamón, jamón, jamón.
Saetas entona el barro
en las sandalias de esparto
de los pajarillos blancos.
Harto, harto, harto.
Dolor de espina dorsal.
Vinagre, reúma y sal.
Y la luna es un pañuelo de paño.
Daño, daño, daño.
El ruiseñor ha soñado
con peces color de estaño
para sus pájaros blancos.
Llanto, llanto, llanto.
Sobre la espalda del limpiabó,
horizonte de alcanfor,
nunca amanece el sol.
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