miércoles, 8 de mayo de 2019

ODA SIN CÁLCULO POR PLASMAR LO INDEFINIDO

Quiero detenerme en esas piedras donde a veces uno se detiene para intentar hacer un alto en el camino. No siempre son cómodas, aunque a veces por puntiagudas o deformes que sean te permiten cierto descanso y contemplación. En verdad no me las encuentro a mi paso, sino que más bien las busco, y casi siempre hacia lo alto, por la sierra, donde todo lo que se divisa desde allí mengua bastante en comparación a cuando caminamos por los fondos. Es otro allí el sol y mayor el silencio. Tampoco sé mucho de música pero el son de allí creo que es el justo y necesario. Alguna abubilla o alguna tórtola no lo rompe, sino que adorna y magnifica magistralmente la musicalidad de aquel silencio. Nadie allí ha ideado nada, la premeditación allí es nula, todo es natural y sin explicación.

Yo por fortuna hoy día ya sé lo que es eso, amar por ejemplo así. Puedo morirme en paz. Sé como Neruda que he vivido. Y ahora ya puede seguir la vida si quiere con sus cosas.

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