jueves, 11 de junio de 2020

MARY PICKFORD

Una vez llegó a mí una bici holandesa.
La vendí por cuatro perras.
En este pueblo no son buenas las bicis holandesas.
Pero a veces me acuerdo de ella.

A pesar de las cuestas.
O es posible que yo sintiera vergüenza.

Era robusta y negra. Elegante y cómoda.

La bauticé con el nombre de Mary Pickford.

Sólo ella y yo sabíamos de mi ocurrencia.

¿Seguirá Mary Pickford rodando por alguna carretera?

Es horrible saber que no volveré a verla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 Si el poeta se duerme en su palabra, el pueblo al que le canta se empobrece. Si el pueblo se empobrece y adormila, el poeta se agranda, des...