Al tiempo que el tiempo pasa
me alimento de recuerdos
en los presentes baldíos.
He comprado un ramillete
de lozanos crisantemos
a la difunta esperanza.
Qué lejano aquel rumor
de estaciones y tranvías,
de niñas en bicicleta
por soleadas avenidas,
ritmos de tango y bolero
flotaban en aquel río.
Limpio el cristal que me aparta
de la humedad de la noche
y de los rayos del día.
Noche despierta del alma.
Noche desierta sin luna.
Mar y cielo. Guerra y calma.
Vida y muerte todo en una.
sábado, 27 de junio de 2020
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