lunes, 14 de mayo de 2018

A veces pierdo el norte:
no sé quién soy, qué soy:
si el invocador,
si lo invocado.
Justo ahora soy varias cosas:
soy este aire agradabilísimo que cuela por la ventana, yo mi propio bálsamo;
soy también mañana, lunes, y su andar hacia mí sigiloso, yo mi propia presa, yo mi mismo tiempo.
Y sobre todo,
justamente ahora
-escucho lejano el motor de una motocicleta; algún vecino manejaba un taladro hace un instante; arriba suena un secador de pelo-
soy la serena quietud
de un cuerpo abandonado por la duda.

Más tarde ya no sé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 Si el poeta se duerme en su palabra, el pueblo al que le canta se empobrece. Si el pueblo se empobrece y adormila, el poeta se agranda, des...