Con plan preconcebido,
insurgente de mi propio yo,
a hurtadillas de mi mismo orden establecido y
amparado entre ciertas sombras y neblinas
escapo reiteradamente cada noche entre mis huesos
buscando un poco de aire puro,
alguna luz, una música de ensueño con que paliar las duras leyes de mi propio presidio.
Mas no pido derrocarme;
ni siquiera un mínimo cambio político.
¿Ser libre a cambio
de la incomparable pureza de este aire, de esta luz, de este sonido?
Callad.
Ya me lo dijo mi madre cuando niño:
Hijo mío,
no hay quien te entienda,
¡joío!
domingo, 13 de mayo de 2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me dicen mis cercanos que gasto mucho frío últimamente. Será porque es invierno o que ya pocas cosas me calientan. Será que estoy llegan...
-
Si el poeta se duerme en su palabra, el pueblo al que le canta se empobrece. Si el pueblo se empobrece y adormila, el poeta se agranda, des...
-
Ayer fuiste pirómana, hoy bombera. Si pudiera elegir te haría barrendera. Entreabro las ventanas porque vuelve el calor. Cualquier mínima b...
-
Poeta de cartera. Y no por lo económico, sino por el tamaño. En un bolsillo cabe, en una billetera -por haberlo doblado en tantas parte...
No hay comentarios:
Publicar un comentario